JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
Tus dientes blancos como perla.
Sus ojos azules como el cielo.
Tus labios rojos como rubí de mahjará.
La arena tan caliente como el sol que la saludaba.
Pasaba el tiempo tan lento como pasa el agua por el dique.
Era tan alto como secuoya de California.
Como muñeca de porcelana posaba para el retrato.
Fría como el viento.
Peligrosa como el mar.
Negra como la noche.
Ardiente como el infierno.
Tenía la nariz como zanahoria.
Orejas largas y caídas como de perro triste.
Cabello rizado como enredaderas en la pared.
Sus ojos azules como el cielo.
Tus labios rojos como rubí de mahjará.
La arena tan caliente como el sol que la saludaba.
Pasaba el tiempo tan lento como pasa el agua por el dique.
Era tan alto como secuoya de California.
Como muñeca de porcelana posaba para el retrato.
Fría como el viento.
Peligrosa como el mar.
Negra como la noche.
Ardiente como el infierno.
Tenía la nariz como zanahoria.
Orejas largas y caídas como de perro triste.
Cabello rizado como enredaderas en la pared.
Seria interesante establecer semejanzas o diferencias entre la comparación y la metáfora. Es acaso toda comparación un metáfora?.
ResponderEliminarGracias!
Hola Octavio. En este caso sólo hemos trabajado la comparación, por lo que no he incluido nada al respecto sobre la metáfora. De todas formas, gracias por tu sugerencia y comentario. Saludos.
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